Como parte del programa del curso “Cristianismos Originarios”, estaremos profundizando en los orígenes de la iglesia cristiana como un movimiento judío, que no tenía una intención inicial separatista (algo que tampoco fue motivado al principio por Jesús) y que se identificaba en cierto modo con el judaísmo de la época. Años de historia nos han cegado a estas raíces, influido también por el antisemitismo de los reformadores (sí, leíste bien: antisemitismo de los reformadores) y, sumado al desconocimiento del contexto judío de la época y de los siglos posteriores, ha dado como resultado una lectura bíblica fraccionaria y que evade la conexión entre lo que un autor llama “extraños relacionados”. Nuestra intención no es de ninguna manera “volver a esas raíces y adoptarlas” como pretenden algunos, pero si ganar un terreno perdido en el estudio de la historia de la iglesia que nos ayude a ver está conexión.